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• ¿Hasta qué punto existen las adiciones positivas?

Sí es adicción ¡ojo! Lo que podríamos decir es que hay unas adiciones socialmente «más aceptadas» que otras.

• ¿Podríamos hablar de personas con personalidad adictiva al deporte, al tabaco o a lo que sea?

Por el momento no. Lo que sí podemos observar son rasgos comunes entre las personas que sufren adiciones; por ejemplo, es frecuente que la persona tenga varias: adicción a las redes sociales, al deporte, a videojuegos… Y también que sea propensa a padecer ansiedad y/o depresión, tan habituales debido al estilo de vida actual, sobretodo en las personas que viven en grandes ciudades.

Cuando la persona tiene propensión a la ansiedad es frecuente que utilice el deporte como una solución al runrún interno, como descarga de la sensación de opresión en el pecho, como búsqueda de conexión con él o ella misma… En este sentido, el deporte puede ser una válvula de escape del mismo modo que puede serlo otra actividad; como por ejemplo fumar marihuana con el fin de desconectar de pensamientos ansiosos o depresivos.

• Entonces, comienza siendo una afición y pretendiendo ser un placer… Pero para sentir lo mismo cada vez necesitas correr más…

Sí, y cuando aparece el «síndrome de abstinencia» entonces ya no es solamente un placer. Entonces cuando la persona se ve con impedimentos para salir a correr o para ir al gimnasio, porqué por ejemplo tiene unos horarios diferentes o está fuera de vacaciones, entonces empieza a ponerse nervioso/a.

• ¿Núria, podrías refrescar en que se basa el síndrome de abstinencia por ejemplo en relación a las redes sociales?

Sí, cuando estoy más pendiente de lo que está pasando en las redes que en mi realidad, tengo la necesidad de consultarlas y si no tengo Internet donde estoy siento malestar. Neurológicamente, se activa nuestro circuito de recompensa de la dopamina de manera que cuando ya no nos provoca tanta emoción un estímulo (porque ya lo hemos hecho varias veces) entonces necesitamos incrementar la dosis para sentir el placer que sentíamos al principio.

• ¿Entonces sería la misma que tendría un drogadicto?

Sí, se activarían exactamente los mismos circuitos bioquímicos. Si, además la persona consume una sustancia tóxica, entonces también dañamos parte de la corteza cerebral. Es como una intoxicación cerebral y es más incierto lo que puede llegar a pasar a corto y medio plazo.

Una pregunta útil en la práctica clínica es: ¿Puedo estar 24 h seguidas sin consumir esta sustancia, sin hacer esta actividad o sin una persona concreta?

Si la respuesta es que no, podría haber un problema. ¿Te imaginas 24 h sin el móvil?

Hay personas que en vacaciones se ponen muy nerviosas y se levantan a las cinco de la mañana para ir al gimnasio del hotel sin decir nada a los compañeros… El hecho de esconderlo también es una señal de alarma de posible adicción.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row css=».vc_custom_1593511176414{padding-top: 40px !important;padding-right: 20px !important;padding-bottom: 40px !important;padding-left: 20px !important;background-color: #ffffd9 !important;background-position: center !important;background-repeat: no-repeat !important;background-size: cover !important;}»][vc_column][vc_column_text css=».vc_custom_1595456685287{background-position: center !important;background-repeat: no-repeat !important;background-size: cover !important;}»]

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• ¿Se esconden de su entorno?

Sí, tapan el exceso, de esta manera intentan que la adicción pase desapercibida. Por ejemplo, a menudo las personas no reconocen que toman botes de proteínas u otros suplementos y lo toman a escondidas.

• ¿Sí? ¿Esto ocurre? ¿Los botes de proteínas para qué sirven?

Sí. Una definición sencilla es para aumentar el número de comidas al día, especialmente de proteínas. Al final del día es como si se hubiera comido un pollo entero. Es una suplementación alimentaria combinada con determinados ejercicios de pesas que hacen que el músculo crezca porque metaboliza la proteína. Pero claro, imaginaos que cada día os coméis un pollo entero, ya se ve que para el hígado y los riñones no es lo más óptimo.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row css=».vc_custom_1593511171027{padding-top: 40px !important;padding-right: 20px !important;padding-bottom: 40px !important;padding-left: 20px !important;background-color: #ffffd9 !important;background-position: center !important;background-repeat: no-repeat !important;background-size: cover !important;}»][vc_column][vc_column_text css=».vc_custom_1593510820976{background-position: center !important;background-repeat: no-repeat !important;background-size: cover !important;}»]

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• ¿Esto tiene que ver con la vigorexia?

Sí. A menudo sucede que su entorno les dice: «¿Quieres decir que no te estás hinchando demasiado?”¿quieres decir que tienes que seguir consumiendo estas proteínas tanto tiempo? Si te quieres parecer a Arnold Schwarzenegger, eso no es hacer deporte para mejorar la salud.

Entonces cuando la familia empieza a cuestionarle, la persona se pone a la defensiva y lo niega todo. Por ejemplo dice que se ha hecho analíticas y que está todo correcto y no es cierto. O dice que ya no toma y el bote de proteínas sigue escondido en algún lugar de la casa. Al final los comportamientos son los mismos que podría tener una persona que abusara de otra sustancia, como por ejemplo el alcohol.

• Y en esta persona seguramente habría una distorsión entre lo que es realmente su físico y cómo se ve en el espejo. 

Sí, este es el principal tema a resolver. Ella misma se ve físicamente débil y sigue incrementando sus rutinas de ejercicio y de «dieta» para verse bien. En el momento justo después de hacer deporte es cuando se ve bien. Solamente en ese momento, porque claro, ahí los músculos están más definidos. Esta es la única imagen que más o menos aceptan de ellos mismos. Después, el resto del tiempo se ven bastante mal.

Especialmente después de las comidas, cuando a todos se nos hincha un poco la barriga, ahí se ven fatal. Este es el momento más crítico, les coge el malestar y quieren ir a hacer deporte.

Otra cosa que también llama mucho la atención es que, cuando la persona entra en este tipo de pensamientos, ni hace estiramientos ni deja tiempo de recuperación si hay lesión… El fin es mantener y aumentar la musculatura, el resto les parece que están perdiendo el tiempo. A menudo no le dan importancia al calentamiento ni a los estiramientos.

• Esto provoca lástima…

Sí, si la persona llega a desarrollar un trastorno alimentario –problemas relacionados con la alimentación y el peso –, que es como se denominan hoy en día este tipo de trastornos. Entonces habría una distorsión muy grande respecto a cómo ellos creen que son y cómo los percibimos los demás. Hay personas que sienten asco hacia su cuerpo, esta es una sensación. Es un tema profundo y generalmente viene de un patrón familiar.

• ¿En qué sentido familiar?

En el origen encontramos dificultades en el vínculo afectivo, principalmente con la madre. O la ausencia de madre, o la no disponibilidad afectiva que tenía la madre…

• Es un terreno muy delicado. Todavía hay familias donde estos temas aún no se pueden hablar abiertamente.

Sí. Aquí no se trata de echarle la culpa a nadie o de señalarlo con el dedo, sino de entender que, como consecuencia de unos hechos o unas circunstancias que ha sufrido su madre en un momento de su vida, la madre no ha podido sostener la parte emocional de su hijo/a. Entonces la persona priva a su propio cuerpo del alimento o desarrolla costumbres no saludables. Este es el drama de los trastornos alimentarios. Es como el cordón umbilical que va de madres a hijos/as. Entonces, lo que sucede es que tenemos que sanar el origen.

• ¿Y uno mismo no lo puede superar? ¿Qué pasa con el espíritu de superación?

Sí. Aunque lo más pragmático es buscar a una persona experta que sepa más que tú, que te ayude a marcarte tus propios objetivos retadores, saludables  y motivadores. Encontrar ese equilibrio es un arte y lo mejor es buscar una guía.

Una persona experta te ayudará a ver qué es lo que estás supliendo. Cuando la afición ya ha sobrepasado el límite y se ha convertido en una adicción pregúntate: ¿Qué es lo que estás encubriendo? ¿A qué emociones no me quiero enfrentar? ¿Qué situaciones personales o profesionales no quiero ver? ¿Qué estoy tapando con esta adicción? ¿Qué estoy dejando de atender? Cuando encuentras las respuestas a este rompecabezas, entonces cada pieza se pone en su sitio.

• ¿Y la gente que dice: “Ya lo haré mañana”?

Jejejej, aquí nos vamos al otro extremo y, entonces, tenemos otra problemática.

Cuéntanos, ¿te costaría pasar 24 h seguidas sin consumir esa sustancia, actividad o sin una persona en concreto? ¿O hay algún sentimiento o inquietud que te gustaría expresar? Déjanos tu comentario a continuación.

Como siempre, sé amable y específico, para que todos puedan beneficiarse de tu comentario.

Después de todo, nadie nace sabiendo estas cosas.

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Con cariño,

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